Samstag, 17. September 2016

¿Te diste cuenta que aquel banquito de madera, dónde nos sentamos, está inclinado? Se ve que le pesan las ausencias y pronto le pesarán las nuestras.

Mittwoch, 14. September 2016

"Ay, querida Ana,
 la vida te cambia por completo cuando un día a la vuelta de la esquina te cruzas con unos ojitos!"

- José Ignacio

Donnerstag, 1. September 2016

Lo mejor del verano es que después no queda casi nada. Sólo un lienzo en blanco sobre el que escribir un nuevo año. Es el campo de batalla después de quedar en tablas. No hay ni ganador ni vencido. Sólo el eco de la reflexión de qué tácticas mantener, reinventar, desechar en el próximo trazado de supervivencia.

Dienstag, 9. August 2016

Agua entre las manos

(...) Te pido perdón por haber sido yo el causante del retraso ya que empezamos a hablar y se nos fué volando el tiempo. Cuando hay tantas cosas dentro y a los metidos en la "década prodigiosa" parece que se nos va, no nos damos cuenta y luego pasan estas cosas. Cuando seas una ancianita tal vez te pase y te reirás.

Donnerstag, 21. Juli 2016

Salsa al natural

Música decadente resucitando.
Labios sellados.
Incontinencia corporal.
Manos que resbalan. Miradas que atrapan. 
Pasos enterrados. Tierra revuelta.
Conocidos anónimos. Famosos por un día.
Luna llena al fondo. Al frente, tu sol.
Perder todo conscientemente. Inconscientemente,
ganar el doble.
Creer que lo sabes todo.
Saber sólo experimentando.
Tímidos saludos. Liderazgos dominantes.
Infidelidad permitida. Preferencia posesiva.
Lucha de tensiones. Victoria sumisa.
Coqueta rebelión.
Introducción al desafio.
Fusión al son.
Separación en el silencio.
Conversación en la espera.
Socialización en la conquista.
Atracción en la expresión.
Adicción en la repetición.
Pasión en el encuentro.  
Amor al vivirte.
Revivir al recordarte.
Reinventarme al bailarte.

Sonntag, 3. Juli 2016

Samstag, 25. Juni 2016

Dienstag, 21. Juni 2016

Mudanzas

Hacer la lista de la maleta y tomar esas difíciles decisiones de qué dejar olvidado, qué olvidar y qué dejar.

Tareas pendientes

Se nos acumulan las cosas por hacer. Las películas por ver. Las canciones por escuchar. La gente por conocer. Los sitios por visitar. Los juegos por jugar. Los libros por leer. Los libros por escribir.
La ansiedad de las tareas pendientes. La ficción de creer que somos capaces de acabarlo todo. Capaces de llegar a todas las metas. Capaces de llegar al borde del infinito y decir: ¿eso es todo?
Las noches de insomnio pensando en que no nos va a dar tiempo. La vida entendida como una cadena de montaje en la que el producto final nunca llega porque siempre hay algo más que añadirle. 
Nuestra parálisis ante la vida se titula: Tenemos tanto por vivir. 

Sonntag, 19. Juni 2016

Visita al cementerio

He estado visitando blogs abandonados como quien visita cementerios. 
He leído las últimas entradas, relucientes como luces de neón sobre la puerta del blog polvoriento, como unos enormes puntos suspensivos que esperan de forma indefinida que alguien siga escribiendo. Pocos son los que acaban con una despedida. Pocos se atreven. La mayor parte se quedan en la frase a medio pronunciar. 
Y ahí están, esperando por toda la eternidad a que los respectivos autores vuelvan a mancillarse las manos en ellos. Esperando a ser continuados.
Estatuas ecuestres cabalgando inmóviles en la noche de los tiempos. 
Lo más terrible de todo es que cuando esas entradas fueron escritas, nadie sabía que serían las últimas. 
El croquis arrugado que descansa en la papelera. 
Su muerte será como la nuestra. Inesperada. Y con el tiempo acabarán como todos nosotros. Olvidados. 
He visitado cementerios y he leído sus lápidas. Sé que llegará el día en que nadie sepa quiénes son las personas que están ahí enterradas. 
Llegará el día en que un antropólogo las desentierre y las mire como objetos de estudio. 
Pero el antropólogo no sabrá nada de las últimas líneas, inacabadas, de las vidas de esos esqueletos. 
Los cráneos vacíos y los servidores de Internet llenos. 
Esperando que alguien escriba una nueva entrada. 
Y yo he sentido en parte el sacrilegio de entrar en esos sitios desolados. He visto la fecha de mi última entrada sobre la lápida: 2 de abril de 2014. He pasado los dedos por las superficies cubiertas de polvo, musgo y telarañas. Debajo de la mugre he encontrado los últimos comentarios. Los he observado como quien contempla grafitis sobre las ruinas de una civilización extinguida. Con tristeza he recorrido las enormes estancias vacías, a medio decorar, escuchando únicamente el eco de mis pasos. 
Después me he dado cuenta. Al ver el espejo al final del pasillo. Al descubrir mi firma estampada en cada uno de aquellos rincones.  
Mis huellas dactilares estaban por todas partes. 
En algunas entradas, ni me reconocía a mí misma. Ni siquiera me acordaba de haberlas escrito. 
Horrorizada, mi primer impulso fue derruirlo todo: poner cargas explosivas en los pilares del edificio para que nadie más pudiera contemplar al hijo deforme que había dejado a su suerte. 
Estaba a punto de apretar el detonador. 
Pero me detuve justo a tiempo.
Porque entendí que los pilares de aquellos blogs muertos en realidad estaban en mi pecho. 
Así que decidí dejarlos de nuevo, decidí volver a olvidarlos. Me alejé de ellos. Me adentré en mi casa actual, llena de vida. Me hice un té humeante mientras sonaba Waitin' on a Sunny Day. Me puse a escribir en mi blog actual. Titulé la entrada: Visita al cementerio. 
Al publicarla tuve un escalofrío. 
¿Y si esto es lo último que queda de mí?